…cuando llevas años cocinando, años alimentando a tus hijos, a ti misma, comiendo fuera de casa, en restaurantes de todo tipo, en refugios de montaña, en chiringuitos de playa, incluso alguna vez en sitios no con tanto glamour (restaurantes de cierto país de oriente con menús baratos o de cierto país de occidente con hamburguesas montadas por críos llenos de prisa que lanzan los componentes de la misma dando igual si caen en el centro del pan o directamente en la caja de cartón que las acoge como puede).
Pues eso, que después de llevar tantos años culinarios…una nunca deja de aprender y, con suerte, tampoco deja de experimentar técnicas o de incluir nuevos ingredientes en su cocina.
Y es que descubrir cómo funcionan los alimentos y como pueden cambiar dependiendo de cómo se cocinen es una magia al alcance de todos.
Os animo a que entréis, si podéis, más a fondo en vuestras cocinas, os aseguro que puede llegar a ser muuuy divertido y en cierto modo, una forma más de repartir amor.
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